PARIS (EUROLATINNEWS) - El filósofo francés Aurélien Bellanger, un ex librero autor de "L'aménagement du territoire" (Gallimard), se adjudicó el premio literario del mítico Café de Flore, en el marco del 20 aniversario de su creación en París. Este galardón reconoce una obra marcada por su originalidad y escrita en francés.
El ganador fue elegido en la primera ronda por 8 votos a favor y 2 en contra para Federica Amalia Finkelstein, de 23 años, por su primera novela "L’oubli" (L’Arpenteur/ Gallimard), uno a favor de Leïla Slimani por "Dans le jardin de l’ogre "(Gallimard), y otro a favor de Franck Maubert por "Visible la nuit" (Fayard).
Bellanger recibió del presidente del jurado, el escritor Frédéric Beigbeder, un cheque de 6.100€ y un vaso de Pouilly grabado con su nombre que puede consumir cada día lo que desee y a su voluntad, durante un año, en el Café de Flore.
Nacido en abril de 1980 en Laval, Bellanger publicó su primera novela en 2012, "Teoría de la Información" (Gallimard), y dos años antes, un ensayo sobre Michel Houellebecq, "Houellebecq escritor romántico" (Leo Scheer).
La novela laureada narra como el castillo de un pueblo olvidado a lo largo de un río retoma protagonismo. El trabajo de un tren de alta velocidad para dividirle en dos despertará algo latente allí desde los albores del tiempo. Una conspiración secreta de la que todo el mundo va a tratar de sacar partido.
La ciudad se convierte así en el escenario de una feroz batalla entre opositores y promotores del proyecto. Otros verán detrás del paso de ese tren ... cuestiones más complejas. Un capitán de la industria cree discernir las fronteras de su futuro imperio.
Un prefecto emérito es admitido en una sociedad secreta. Un activista solitario sueña con un evento que impulsará la historia.
Un viejo aristócrata defiende teorías extrañas. Un arqueólogo se enfrenta al descubrimiento más grande de su carrera.
Los intereses y las conspiraciones se entremezclan en un relato envolvente de principio a fin.
El Prix Flore coronó en 2013 a la periodista de la revista Grazia Sabolo Mónica por la novela "Todo esto no tiene nada que ver conmigo" (Lattes).
El Café de Flore es un café brasserie situado en el corazón del Boulevard Saint-Germain, en Saint-Germain-des-Prés. Fue fundado en la época de la Tercera República, en 1887 y debe su nombre a una pequeña estatua de la diosa Flora, hoy desaparecida y sobre cuyo emplazamiento hoy no existe claridad alguna.
Para algunos, estaba en el otro lado del boulevard. Pero según Charles Maurras, que fundó en la primera planta del café el periódico de extrema derecha "Action Française", en 1908, la estatua se situaba encima de la entrada principal.

Si los primeros asiduos conocidos del Café de Flore fueron intelectuales de extrema derecha, los personajes que le dieron fama pertenecían a ámbitos bien distintos.
Durante la Primera Guerra Mundial, Guillaume Apollinaire recibía allí a sus amigos, entre ellos Max Jacob, Louis Aragon y André Breton, y la sala se convierte en el lugar de encuentro favorito de los dadaístas y los surrealistas.
En los años 30, la vida artística e intelectual de la capital todavía giraba en torno a los barrios de Montmartre y Montparnasse, pero ya se iba trasladando paulatinamente hacia el barrio de Saint-Germain-des-prés. El poeta Jacques Prévert y sus amigos del "Grupo Octubre", se reunían allí, al igual que Léon-Paul Fargue, Georges Bataille y Raymond Queneau.
Los pintores y escultores les siguen: era frecuente ver allí a Picasso, André Derain, Ossip Zadkine y a los hermanos Giacometti.
Pero es a partir de 1939, fecha de su adquisición por Paul Boubal, que el Café de Flore se convertirá en el centro de la intelectualidad del margen izquierdo del Sena. Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir tenían mesa fija y atrajeron allí a buena parte del movimiento existencialista naciente de la época. Curiosamente, durante la ocupación nazi los militares alemanes no frecuentaban el Flore.
Sartre escribió al respecto "Durante cuatro años, los caminos del Flore fueron para mí los caminos de la libertad".
Después de la Segunda Guerra Mundial, Boris Vian anima el lugar. El café es el lugar predilecto de Ernest Hemingway, Truman Capote y Lawrence Durrell, y también de renombrados miembros del Partido Comunista Francés (PCF), como Louis Aragon y Marguerite Duras.
En un guiño hacia ellos, Paul Boubal crea entonces un partido ficticio del que todos sus clientes son socios, el Pouilly Club de Francia (PCF), del nombre del vino blanco que más se servía en aquéllos tiempos y que mantiene hoy su prestigio.
En los años 60, los representantes más ilustres de la nouvelle vague y del mundo del cine se toman el Flore. Les siguen los grandes diseñadores de moda y famosos del mundo de la canción.
En los años 70, el Café de Flore ya es un mito y es uno de los lugares imprescindibles de la capital tanto para los franceses como para los extranjeros. Jim Morrison lo frecuentaba tres semanas antes de su muerte. Sin embargo, los últimos años del siglo XX serán marcados por la afluencia de una clientela "dorada y superficial", en palabras del nieto de Paul Boubal.
En el siglo XXI, el Café de Flore conserva en buena medida ese aura de intelectualidad y modernidad artística desenfadada de corte burgués que le dieron su renombre, y aún puede presumir de contar entre sus incondicionales a un buen número de famosos del mundo del celuloide, de la política y de la literatura internacional.

Fue el serbio Miroslav Siljegovic, propietario del Café de Flore desde 1983, quien creó en 1994 los premios literarios de Flore, junto con su hija Carole, actual miembro del jurado. Cada otoño, un jurado compuesto por periodistas premia a un autor prometedor.
Anualmente se celebra este premio literario gracias también a su mecenas: la Fondation de Louis Roederer. El mecenazgo de Louis Roederer nació de su búsqueda de la obra, la ambición de crear un vino que más allá del placer del paladar posea un equilibrio, suscite una emoción. Esta búsqueda es, ante todo, material: la tierra, la viña, la uva, la madera, el ensamblaje, el tiempo. Pero también posee una parte inmaterial. Al champagne necesariamente le asociamos imágenes, un estilo, un espíritu.
Por esta razón, en 2003, Jean-Claude Rouzaud, y luego su hijo Frédéric, sucesivamente Directores Generales de Louis Roederer, decidieron, con la ayuda de Michel Janneau, Director General adjunto, que su Champagne se asocie al mundo de la cultura y del arte. Esto representa un acto fundamental en la vocación de Louis Roederer: enriquecer el valor inmaterial de sus vinos.
Los organizadores del Prix Flore defienden el hecho de honrar a la nueva cantera literaria festejando a lo grande, con Champagne, el arte de la pluma.
Ya lo dijo Dom Pierre Perignon al crear el Champagne:
"¡Vengan pronto! ¡Estoy saboreando las estrellas!".

Mayores informaciones:
http://prixflore.fr/prixdeflore/
http://www.louis-roederer.com/fr/news/prix-de-flore-2013-fondation-louis-roederer
EUROLATINNEWS Copyright:
Este artículo y su contenido no puede ser utilizado sin el consentimiento de
EUROLATINNEWS
|