Cine:
FESTIVAL DE CINE PERUANO CELEBRA EN PARÍS
LA RESILIENCIA Y LA CREATIVIDAD

Por Paola SANDOVAL, Corresponsal en Europa
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PARÍS (EUROLATINNEWS) - El XVI Festival de Cine Peruano celebrado en París reveló tanto la riqueza de un cine internacionalmente poco conocido como la admirable determinación de sus creadores de incrementar su lucha por sobrevivir.
Este festival le debe en especial su existencia a la realizadora peruana Jovita Maeder.
Las obras presentadas demostraron una urgencia por contar, por denunciar, por transmitir. Porque hoy hacer cine en el Perú es un acto de activismo. Mientras la industria cinematográfica peruana sufre las repercusiones de una política cultural inestable, con el retiro de subsidios y la creciente marginación de las voces independientes, los directores presentes en París supieron demostrar una creatividad deslumbrante, casi resistente.
Los largometrajes y cortometrajes presentados en competición entre los generos documental y ficción constituyeron un programa diverso, destacado por la calidad de su forma y la variedad de su contenido. Dicha variedad se extiende a las lenguas, con tres películas grabadas total o parcialmente en quechua y una película hablada parcialmente en kukama-kukamiria.
En paralelo, se organizaron conferencias, entrevistas y reuniones entre los invitados especiales y la comunidad cinematográfica y cultural en la capital gala. 19 películas participaron en esta edición: 9 largometrajes y 6 cortometrajes en competición. y 4 películas proyectadas en funciones especiales.
Los miembros del jurado de Largometrajes fueron : Emmanuel Blanc (compositor), Claude Brenez (jefa de proyectos cinematográficos en el Institut Français), Éric da Costa (actor y director), Isabelle Le Gonidec (periodista, responsable de edición multimedia) y Nadia Turincev (productora)

Premio Mejor Largometraje:
RAIZ, de Franco García Becerra.
El jurado fue capturado por esta obra de una gran ternura, que confronta dos aproximaciones a la tierra diametralmente opuestos, donde florecen lo fantástico y lo político, donde la forma y la estética están al servicio de la narración, una narración siempre a medida infantil, en quechua, que sigue paso a paso las preocupaciones y perspectivas de su joven protagonista.
Premio especial del Jurado :
KINRA de Marco Panatonic.
El jurado decidió otorgar el Premio Especial del Jurado a "un primer largometraje con un gran manejo formal". Remarcaron también a "un relato de emancipación donde se encarnan los conflictos interiores del protagonista,: ¿Qué hacer con su vida? ¿Qué destino elegir? ¿Dónde buscar su lugar, en la ciudad o en su comunidad de origen?
Una puesta en escena que deja que cada escena se desarrolle y da vida al fuera de campo, con un humor divertido y un feminismo inmanente".

Premio al Mejor film Documental:
KARUARA, LA GENTE DEL RÍO de Miguel Araoz y Stéphanie Boyd.
El jurado ha sido captivado por "una dirección que mezcla con gracia lo pragmático y lo poético, mezclando delicadamente al pasado, al presente y al futuro. Una película que se interroga, a través de protagonistas de distintas generaciones, sobre la transmisión y la supervivencia". Han remarcado al diseño de sonido y a las animaciones, que nos embarcan "hacia una inmersión íntima en el seno de una comunidad apegada a su tierra- incluso si esta tierra es un río".

Premio al Mejor Cortometraje:
OJALÁ PUDIERA DECIR LA VERDAD de Víctor Augusto Mendívil.
El jurado de cortometrajes, integrado por Xiomara Ahumada Quito (Actriz, directora), Pablo Malek (Director, guionista) y Karina Moscol (Actriz, productora) evocó :
"Nos sentimos honrados de ser el Jurado de la sección de Cortometrajes, especialmente porque la diversidad lingüística y las elecciones artísticas de las películas nos deslumbraron.
Es importante para nosotros resaltar la calidad universal del trabajo que premiamos esta noche, sin perder las raíces y la particularidad del sujeto peruano.
La extensa investigación de archivo, la edición poco convencional, la propuesta gráfica innovadora y la escritura sobria del relato nos adentraron en las fibras de la historia peruana que aún están por descubrir. Es también un llamado a no olvidar el papel esencial de los periodistas en nuestras sociedades.
Estamos encantados de otorgar el Premio al Mejor Cortometraje a Víctor Augusto Mendivil por su película Ojalá pudiera decir la verdad. »
Esta décimo sexta edición del festival concluyó. con la entrega del gran premio "Soleil tournant" diseñado por la escultora franco-peruana Giannina Lanata Ricard, con el compromiso constante y entusiasta de los jurados largometrajes y cortometrajes y con la delegación de cineastas peruanos, compuesta por Mary Jiménez, Bénédicte Liénard, Marco Panatonic, Miguel Barreda y Pilar Aliaga, que viajaron a París para apoyar a sus películas; así como María Barea, presente como invitada especial en reconocimiento a su trayectoria y por la restauración de su película que sigue siendo de actualidad.
Se constata que la programación del Festival continúa su tendencia creciente de películas dirigidas por mujeres, muestra de un compromiso continuo en un medio tan complicado como el cine. El Festival ha manifestado su solidaridad y apoyo a todos los cineastas peruanos que se verán afectados con la nueva ley de cine.

Por otra parte, el festival ha agradecido el apoyo incondicional de la Embajada del Perú en Francia, la UNESCO y el Ministerio de Cultura del Perú.
Un cine que resiste a la adversidad.
Al cierre del festival, los directores destacaron unánimemente el clima de incertidumbre que pesa sobre la producción cinematográfica en el Perú. La reciente decisión del gobierno de congelar los fondos públicos para la radiodifusión independiente ha sido criticada por varias partes interesadas. Algunos han hablado de un intento de sofocar el cine crítico y comprometido.
Rodar una película en Perú hoy es un hallazgo, no obstante siguen sus realizadores adelante, porque sus historias merecen ser contadas.
Este coraje artístico, esta insistencia en filmar a pesar de los obstáculos, ha hecho de este festival un verdadero manifiesto. París, al acoger estas voces procedentes de las alturas andinas y de los confines amazónicos, se ha hecho eco de un cine que lucha por sobrevivir y que brilla por su sinceridad.
En un momento en que el futuro del cine peruano parece amenazado en su propio suelo, este festival en la Ciudad Luz actúa como refugio, escaparate y promesa: que la cámara seguirá siendo un arma de creación de masas.
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