Reportaje:
EL ALMA DE LAS BRASSERIES VUELVE A LA VIDA EN PARÍS
Por Paola SANDOVAL, Corresponsal en Europa
PARÍS (EUROLATINNEWS) - París, una mañana de primavera. Los adoquines de Saint-Germain-des-Prés aún brillan bajo el rocío y, en la terraza de una brasserie recién reabierta, aparece una silueta familiar: Emily Cooper, la heroína de la serie mundial Emily en París, se sienta, con un café crema en la mano, delante de un croissant dorado.
La cámara se pone en marcha y, de repente, el mundo entero descubre un nuevo lugar de culto: la Brasserie des Prés, la última incorporación del grupo La Nouvelle Garde.
Este edificio centenario no es sólo el escenario de una serie. Es un símbolo. Un manifiesto. Certificada mesa sostenible, además de productora artesanal de calidad por el Colegio Culinario de Francia. Y sobre todo, una prueba de que en París las brasseries no han muerto: están renaciendo con estilo.
Las brasseries parisinas son lugares de memoria. Populares y elegantes a la vez, cuentan la historia de París a través de sus bancos de cuero rojo, sus espejos picados, sus camareros con delantales blancos y sus barras de zinc patinadas por las décadas. Durante un tiempo, estas instituciones parecieron amenazadas, abandonadas en favor de cafeterías de moda o cantinas de fusión. Pero eso fue sin contar con una joven guardia de empresarios decididos a restaurar su antigua gloria.
A la cabeza de este renacimiento destaca un nombre: "La Nouvelle Garde". Este colectivo de apasionados –Paul-Henri, Victor y Clément– conquistó primero los corazones de los parisinos con la Brasserie Bellanger, luego con la Brasserie Dubillot y la Brasserie Martin.
Cada vez, la receta es la misma: cocina tradicional 100% casera, productos originarios de Francia, un ambiente festivo y accesible, todo ello en lugares cargados de historia.
Pero con la Brasserie des Prés, inaugurada en 2023, el trío da un nuevo paso: establecerse en el corazón de Saint-Germain-des-Prés, un barrio elegante y literario, e inyectar allí su energía popular, sin sacrificar la elegancia.
Ubicada en un edificio centenario, la antigua cervecería ha sido completamente renovada, con un inmenso respeto por su patrimonio arquitectónico. Molduras, dorados, vidrieras y mosaicos se combinan con toques contemporáneos: una lámpara de araña monumental en forma de alcachofa, frescos inspirados en Cocteau, una cocina abierta donde se mueven equipos jóvenes y dinámicos.
Pero eso no es todo: desde su apertura, la Brasserie des Prés atrajo la atención de Hollywood. O más precisamente, la de los productores de "Emily en París", quienes eligieron el lugar para abrir la muy esperada temporada 4. La escena de apertura, con Emily observando a los transeúntes desde la terraza, marca el tono: este es el lugar para estar.
La carta, bajo la batuta del joven chef Théophile Hauser-Peretti, rinde homenaje a los clásicos de la brasserie francesa: huevos rellenos, paté en croûte, blanqueta de ternera, col rellena... Pero siempre con un toque contemporáneo. El pan procede de la panadería Sain, las verduras de hortalizas de la región parisina y los embutidos se elaboran artesanalmente en los propios talleres del grupo.
Se va para disfrutar de un rápido almuerzo en solitario (un croque-monsieur crujiente y una ensalada verde impecable) o a disfrutar de una cena romántica en torno a un boeuf bourguignon derretido, regado con un Chenas natural.
Y como en todas las direcciones del grupo, el servicio es amable, rápido, sin pretensiones, con ese sentido de la delicadeza y el buen humor que hace el encanto del París auténtico.
Desde su aparición en 'Emily in Paris", la Brasserie des Prés ha atraído a curiosos de todo el mundo. Estadounidenses en busca del “toque parisino”, japoneses fascinados por la elegancia francesa, pero también los propios parisinos, felices de encontrar un lugar que encarna su ciudad sin idealizarla.
No es un museo sino un lugar animado y popular, ideal para todos. Para que la gente se ría, haga amigos, coma y se sienta como en casa.
Por la noche, el ambiente es eléctrico. Te encuentras con actrices, periodistas, estudiantes de filosofía y abuelas del barrio. Todo el mundo viene buscando un trocito de la vida parisina, en su forma más cálida.
Las brasseries están volviendo con la magia de antaño
Este renovado interés por las brasseries no es casualidad. En un mundo saturado de conceptos efímeros, el de la autenticidad es fácil de sentir. Las brasseries ofrecen una experiencia refrescante, gourmet y atemporal. Cuentan una historia. La de Francia, la de la cocina burguesa, la de la clase obrera también. Y encarnan ese precioso vínculo entre la ciudad y sus habitantes.
El éxito del grupo La Nouvelle Garde, y más concretamente de la Brasserie des Prés, demuestra que el modelo funciona. Mejor aún, seduce a las generaciones más jóvenes, que redescubren con asombro el placer de un bocadillo de jamón y mantequilla bien hecho, de una mousse de chocolate servida con cuchara o de una copa de Brouilly a las 19 h. en una animada terraza.
Durante mucho tiempo, el barrio estuvo asociado a sus instituciones más bien rígidas: Café de Flore, Les Deux Magots, Lipp… Lugares míticos pero a menudo inaccesibles, o congelados en la nostalgia de una postal. La Brasserie des Prés cambia las reglas del juego. Aporta un soplo de aire fresco, sin traicionar nunca el alma del barrio. Una hazaña poco común.
Y con su presencia en "Emily en París", gana visibilidad mundial, aunque permanece decididamente anclada en la realidad sin convertirse en un telón de fondo. Sino seguir siendo una brasserie dinámica, accesible y generosa.
Detrás de esta historia de éxito hay una fuerte convicción: es posible hacer cosas buenas, bellas y justas. Respeto a los productores, circuitos cortos, integración de los jóvenes en la reconversión profesional, valorización del patrimonio… La Nouvelle Garde cumple todos los requisitos para la restauración del futuro. Pero lo hace sin pretensiones, con un sincero deseo de hacerlo bien.
¿Qué pasaría si mañana las brasseries se convirtieran en el corazón de una ciudad más humana? Al ver el éxito de Brasserie des Prés, se puede creerlo.
La escena inicial de "Emily en París", temporada 4, por sí sola resume el espíritu del lugar. Emily, tan soleada como siempre, se deja llevar por la energía de la mañana, el tintineo de las tazas, las conversaciones en la terraza. Ella encarna esa visión fantasiosa de París: elegante, gourmet y vibrante. Pero esta vez, el escenario es real. La Brasserie des Prés es muy real.
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El equipo dirigido por Enrique Guzmán de Acevedo, ex-redactor jefe de Agence France Presse y ex corresponsal en Santiago de Chile, Madrid, Washington y París,
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